Inspiración de Munch para este cuadro
El cuadro fue pintado en 1893, un año antes en su diario personal, Munch escribía: "Caminando con dos amigos el sol se estaba poniendo, de pronto en cielo se tornó rojo sangre... Me quedé allí temblando de ansiedad y sentí un grito infinito pasando a través de la naturaleza". Muchos piensan que esta composición quiere proyectar el estrés y desesperación que aquejaba a la sociedad de la época, como en muchas obras de genios, la intención artística queda una vez más en la penumbra.
Características del Grito
Según los expertos, la inquietante figura central no se puede calificar como hombre o mujer. Además el tono verdoso de la piel y la similitud de la cara a una calavera, le confieren el aspecto de un muerto en vida.
Desde un punto de vista técnico, se trata de una obra muy dinámica, el movimiento está caracterizado por: la perspectiva, líneas rectas hacia el punto de fuga y las formas onduladas que inician su camino en el propio personaje, pareciendo una extensión del mismo.
Como contrapunto al protagonista, aparecen dos apacibles figuras de caminantes a lo lejos, también las barcas en el fondo de la pintura, muestran sosiego. Este contraste hace que la expresión facial principal cobre más fuerza, el resultado es una composición equilibrada y completa, expresionismo puro.
Actualmente El Grito se encuentra en el Museo Munch de Oslo, Noruega.
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